A escala de la UE, no existen normas fijas sobre cómo deben llevarse a cabo las evaluaciones de riesgos (debe comprobar la legislación específica relativa a la evaluación de riesgos en su país). Sin embargo, hay dos principios que siempre deben tenerse en cuenta a la hora de abordar una evaluación de riesgos:
- la evaluación debe estar estructurada para garantizar que se abordan todos los peligros y los riesgos pertinentes (y no se olvidan tareas como las de limpieza, que podrían realizarse fuera del horario laboral normal, o departamentos auxiliares como el de compactación de basuras);
- cuando se identifica un riesgo, se ha de basar la evaluación en los principios básicos y considerar si se puede eliminar el riesgo.
Las herramientas de OiRA están pensadas para ayudar a los establecimientos en este proceso. Ofrecen orientación para poder abordar la evaluación de riesgos de manera estructurada e incluyen numerosas soluciones prácticas para orientar al usuario en la adopción de medidas. Los socios nacionales de OiRA velan por que se tenga en cuenta un amplio abanico de posibles riesgos en el sector específico a escala nacional.
La Guía Europea para la evaluación de riesgos en el trabajo propone un enfoque que se basa en una serie de pasos sucesivos. No es el único método de llevar a cabo una evaluación de riesgos, existen varias metodologías para lograr el mismo objetivo. No hay una única forma «correcta» de llevar a cabo una evaluación de riesgos, ya que cada situación puede requerir un enfoque distinto.
No existe una única forma «correcta» de realizar una evaluación de riesgos; de hecho, enfoques distintos pueden funcionar en circunstancias diferentes. Para la mayoría de las empresas, especialmente las pymes, un enfoque gradual (que incorpore elementos de gestión de riesgos), como el que se presenta a continuación, debería funcionar bien.
- Paso 1. Identificar los riesgos laborales y a las personas vulnerables
- Identificar los riesgos laborales que pueden ocasionar daños y a posibles personas trabajadoras vulnerables.
- Paso 2. Evaluar y priorizar los riesgos
- Determinar los riesgos existentes (la gravedad y la probabilidad de posibles daños) y priorizarlos según la importancia.
- Paso 3. Decidir sobre las medidas preventivas y aplicarlas
- Determinar cuáles son las medidas adecuadas para eliminar o controlar los riesgos y aplicarlas. Poner en marcha las medidas de prevención y protección mediante un plan de priorización.
- Paso 4. Seguimiento y revisión
- La evaluación debe revisarse periódicamente para comprobar que las medidas funcionan o se aplican.
Todas las herramientas de OiRA siguen los pasos anteriores.
Documentar la evaluación de riesgos
Es necesario llevar un registro de los resultados de las evaluaciones de riesgos en el trabajo. Dicho registro puede utilizarse como referencia para:
- facilitar información a las personas interesadas;
- evaluar si se han adoptado las medidas necesarias;
- aportar pruebas a las autoridades de control;
- cualquier revisión si las circunstancias cambian.
Se recomienda documentar, al menos, los siguientes datos:
- nombre y funciones de las personas que realizan la evaluación;
- peligros y riesgos identificados;
- grupos de trabajadores expuestos a riesgos específicos;
- medidas de protección necesarias
- información sobre la aplicación de medidas, como el nombre del responsable y la fecha;
- detalles de las medidas de seguimiento y revisiones posteriores, incluidas las fechas y el personal interviniente;
- información pormenorizada de la participación de los trabajadores y de sus representantes en el proceso de evaluación de riesgos.
Los registros de las evaluaciones deben elaborarse con la consulta y la participación de las personas trabajadoras o de sus representantes y ponerse a su disposición a título informativo. Las personas trabajadoras afectadas deben, en cualquier caso, ser informadas del resultado de cada evaluación relacionada con su puesto de trabajo y de las medidas que deban adoptarse a raíz de la evaluación.
Las herramientas OiRA ofrecen diferentes informes para dejar constancia de la evaluación de riesgos llevada a cabo y de las medidas acordadas.